EL ROCK ERA ADICCIÓN.
Melenas al viento, pero ni para ti ni para mí.
Para ellos.
Que nos miran mal. Que nos señalan.
Que lo impotante no es escuchar música.
Que nos escuchen. Obligarlos. Nada más que eso.
Más heavies que tú. Que el tendero de la esquina. La vecina del 6º. Tu novio feo... Que tu madre.
Fumamos, bebemos. Pero como alarde. Que se enteren que hacemos eso y que se imaginen el resto.
El foco del barrio se centra en mí. La estrella del calimocho y la birra. Un motivo para las conversaciones de esquina. Ayer volvió a llegar tarde. Verbena en el pueblo. Cassettes en el coche.
Eran los `80. Y hasta el Pina marcaba distancias desde el hocico hasta el rabo de su perro. Me lo juran y no me lo creo. Pero es lo que había.
Y si ahora preguntas al Pina. Ay, Dios Mío, si le preguntas.
Vamos, que es capaz de decirte que él nunca tuvo perro.
1 comentario:
Joder con Carlos Pina! no había visto la entrevista antes, con lo que me gusta escucharlo en el arradio, vaya sequedad, ofende ese distanciamiento al hablar.
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